¿Qué es la vida? ¿Quién podría explicarlo?
Muchos creen saberlo e intentan profesarlo e inclusive imponen sus ideas a los demás, personas de carácter vulpino en un nivel superior al del resto. Estas personas buscan estafar, engañar y causar estragos para conseguir un cómodo status económico y social. Personas de conciencia apagada.
Muchas otras personas imponen a sus hijos una vida predeterminada, causando en ellos traumas e infelicidad que penosamente se va repitiendo de generación en generación, hasta que alguno diga ¡basta! y cambie por completo esa banal tradición.
Otras por haber pasado vicisitudes en demasía imponen un “mejor futuro” a los suyos, queriendo solo su bien, pero sin saberlo quizás estén estropeándolos por no dejarlos vivir.
Luego se encuentran aquellos a quienes simplemente no les importa su progenie, los dejan “andar por su cabeza” destruyéndolos así en el presente antes de tener un futuro.
Existen quienes como sociedad pretenden conocernos más de lo que nosotros nos conocemos, pretenden saber para qué servimos y a dónde debemos llegar, pretenden saber aconsejarnos pero estando a merced de las primeras aflicciones nos vemos solos y sin ayuda, aunque no falta quien opine que sabía que ese camino no era para uno.
Si en nada tan indispensable aportan, ¿por qué no se callan y nos dejan vivir?, decidiendo cada uno por sí mismo y quizás la sociedad así tenga algo que aprender de nosotros.
Con el equilibrio entre la asfixia y el libertinaje se encuentra la libertad que hace al hombre independiente de dar lo mejor de sí y, ¿por qué no lo peor?, somos seres humanos, no máquinas programadas que viven sin alma ni sentimiento alguno.
Aquel quien fue feliz recuerda que fue humano y aquel quien sufrió recuerda que ese es el precio por tener alma.
No dejemos que alguien que no nos conoce en verdad quiera decirnos qué debemos hacer o no, pero también debemos ser conscientes de saber recibir día a día las consecuencias de nuestros actos que son parte de la vida de un verdadero ser humano, muy lejos de ser un robot más en esta veloz y fugaz sociedad predeterminada.
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